06.04.2011 por
Una parada de autobús como cualquier otra. Una parada en la que esperar para subirnos al autobús del progreso. Una parada en la que no para ningún autobús. Una parada entre la realidad y la ficción, una trampa para aquellos a los que les falla la memoria.
Una vez subidos al relato, José Luis de Vicente nos conduce por sitios que no aparecen en los mapas y con historias que no se dieron tal y como nos cuentan. Turistas de nosotros mismos, usamos en el viaje postales de la ciudad como fragmentos que nos permiten construir una narración y especular sobre el qué vendrá después: "Las cosas no salieron como esperábamos"
Parada de autobús de la residencia de ancianos de Benrath, Düsseldorf.
La ciudad que se nos presenta en este recorrido dista de ser coherente. La encontramos llena de grietas, por donde ficción y realidad se entremezclan. Esta ciudad contiene arquitecturas improbables y ruinas de un futuro por las que hacer turismo.
Desprendida de su disfraz, del relato predominante, encontramos a una ciudad llena de bugs y glitchs: errores en la ejecución de los programas. Como turistas, como consumidores de ficción y realidad, intuimos que estos errores ocultan algo más: un fallo de sistema.
La especulación como principio primordial del diseño de la ciudad.
Todos somos colonos de nuestras vidas. Queremos ser felices y encontrar el camino que nos lleve a ese lugar. Buscando siempre una nueva oportunidad, una nueva historia por contar, un territorio que habitar. Queremos progresar e inadvertidamente paseamos como flâneurs ante realidades a las que no miramos, realidades que volvemos invisibles.
En ese tiempo, hemos producido sitios que parecen diseñados meticulosamente como si fueran a ser las ruinas de nuestro futuro. Realmente hemos hecho cosas para que nos tomen por locos las generaciones venideras. Dentro de 200 años, nuestro mundo será un vago recuerdo del mundo en que vivimos.
Todos estos monumentos, ruinas del progreso, nos sirven de hitos en el presente para recordar que en realidad, las cosas no salieron como esperábamos.
El final del recorrido turístico propuesto por José Luis de Vicente no es tal final, ni tan siquiera es el único. Los relatos perdedores para el progreso, resulta que no se perdieron, sólo se olvidaron. Muchas de las utopías de los sesenta y setenta han acabado siendo realidad: la ciudad instantánea de ayer es la pop up city de hoy. Seguimos siendo dueños de nuestros sueños y de nuestro futuro, construyamos nuestro relato.
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En el CAS de Sevilla, en el 13º Festival ZEMOS98 "Las cosas no salieron como esperábamos" se nos presentó un documental de ficción. Un documental sobre la ciudad, sobre la historia de nosotros mismos. La escenografía contaba con lo habitual: una sala en penumbras iluminada por una pantalla. Como sacado de la historia de los inicios del cine un narrador, José Luis de Vicente, voz cantante que acompañado por un DJ, Benito Jiménez, nos sirvieron de guía del relato. El público disfrutó de la experiencia durante una hora y media que finalizó en el mismo código que se plantea en el cine: terminó con los títulos de créditos. Preguntas y comentarios quedaron emplazados a la salida de la sala, la que yo me hice fue: ¿Cuándo es el siguiente pase?
Gracias a José Luis, Felipe y Benito por el viaje. Gracias a ZEMOS98, en especial a Sofía por proponerme el hacer este post. Imagen de "Las cosas no salieron como esperábamos" 13 Festival ZEMOS98. Fotografía de Julio Albarrán. Imagen de Seseña, Toledo. España. Fotografía de Basurama.
Imagen de Walking Cities de la exposición "Archigram: Experimental Architecture, 1961-74" Valladolid, 2010. Fotografía de dpr-barcelona.